Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Imprime esta página - Tamaño de texto + / - Editorial - Octubre - Diciembre 2016

EDITORIAL Nº 73

Cerramos el año con los 365 primeros días del gobierno de “Cambiemos”. Un gobierno que vino a hacer el trabajo sucio de la clase dominante, la burguesía, en un contexto internacional de crisis terminal del sistema capitalista que afecta a todos los países, pero más terriblemente a los del Tercer Mundo, algo que nunca dejamos de ser por más eufemismos que se utilicen para referirse al subdesarrollo en el cual sobrevivimos. Este gobierno de gerentes de empresas multinacionales o nacionales asociadas con empresas extranjeras llegó por los votos de miles de argentinos cansados de mentiras, dobles discursos, soberbia y corrupción, como si fuera la gran salida a todo ello y no la repetición aún más cruenta de un mismo sistema dedicado a la explotación. Todo fue dado para que llevaran al gobierno a un niño de papá, con 214 causas judiciales abiertas al momento de asumir, que nunca supo lo que es trabajar y que, literalmente, se cansa por lo cual ha tomado en el año varios recesos en lugares paradisíacos para paliar su estrés…

Desde que asumieron no han parado de emitir deuda, bonos que pagaremos con nuestro sacrificio y postergaciones. En abril realizó la emisión de bonos más grande de la historia: 16.500 millones de dólares de deuda para pagarles, entre otros, a los holdouts 9.500 millones en la misma moneda; hasta octubre había emitido títulos en moneda extranjera por unos 24.700 millones de dólares; mientras el tesoro, durante los primeros diez meses emitió bonos en pesos por 231.079 millones, unos 15.300 millones de dólares; también emitió Letras en pesos y dólares por el equivalente a 5.800 millones de dólares y el penúltimo día de 2016 emitió 4.600.000 dólares y 60.000 millones de pesos en letras del tesoro... En síntesis, terminará un año en cual el Tesoro se lo pasó emitiendo papelitos pintados de deuda a futuro que llegarán a miles de millones de pesos. Sin embargo, la responsabilidad ante cualquier endeudamiento es repartida: debemos recordar, por ejemplo, que el pago a los fondos buitres contó con el aval de TODO el arco político que integra el Congreso, en el que no quedaron afuera ni siquiera los vociferantes diputados y senadores del Frente para la Victoria.

El estado con sus poderes ejecutivo, legislativo y judicial nos sorprende todos los días con actitudes y frases que inevitablemente nos provocan risa. Claro, esto es así hasta que reparamos en que esas brutalidades y burlas son la enunciación bestial de una política diseñada contra nosotros, los trabajadores. Comparamos su ineptitud con la torpeza de otros bobos insignes como si fuera un espectáculo suicida, cuando en realidad somos testigos y protagonistas de nuestro suicidio. Detrás de las payasadas de Menem, De la Rúa o Macri se oculta la garra siniestra del capitalismo de siempre, una vez más revestido de ropajes circenses pero con la misma crueldad despiadada, agitando con una mano los globitos, la alegría del spa y, con la otra, condenando a nuestra clase a la miseria y el hambre.

Todos los días amanecemos con alguna frase cómica que en el fondo enmascara un hecho político económico desastroso para todos, excepto para un pequeño grupo de privilegiados para cuyos intereses gobiernan “Cambiemos” y TODOS SUS CÓMPLICES, sean políticos de supuesta oposición, sean burócratas sindicales enmudecidos a fuerza de los morlacos que les tira, cual zanahoria que compra su silencio canalla, este gobierno. Somos rehenes de una banda perversa. En medio de los escándalos de las cuentas “off shore” de gobernantes y capitalistas de todo pelaje nos enteramos de una “off shore” muy particular: la que se formaría para administrar los fondos de la sociedad entre el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de ANSES y Qatar Investment Authority (QIA), un total de mil millones de dólares aportados por el ANSES de Argentina y que sería administrado (y sometido a la legislación extranjera), posiblemente, por el Citigroup. Todo esto como garantía para las hipotéticas inversiones que haría el  Emir de Qatar,  Sheik Tamin bin Hamad Al Thani, quien dicen que se lastimó las manos de tanto frotarlas entusiasmado. Otro escándalo que pagamos con nuestro bolsillo, habida cuenta de que los fondos del ANSES están conformados con lo que nos descuentan mensualmente de nuestros salarios a los trabajadores en actividad y que debería estar destinado, EXCLUSIVAMENTE, al pago de los trabajadores pasivos a los que tanto este gobierno como el anterior les niegan el 82% móvil. Este gobierno está dispuesto a destrozar nuestro futuro: el nuevo ministro Caputo, con desparpajo, ha anunciado que piensa CONTINUAR CON EL ENDEUDAMIENTO durante este nuevo año y ya planifica incrementar la deuda externa en 43.000 MILLONES de dólares…

“Cambiemos” ataca por todos los frentes y con velocidad, ya que no sabe por cuánto tiempo los trabajadores seguiremos permitiendo los cercos sindicales de la burguesía y saldremos con potencia y organización a defender nuestros derechos. Avanza atacando los Convenios Colectivos de Trabajo a través de Triaca, el hijo del tristemente célebre Triaca de los ‘90, en los salones de la UIA y también en las palabras del presidente Macri, alegando la necesidad de “modernizarlos”, cuando todos sabemos que esa palabra, así como “liberación” y “fexibilización”, en el diccionario de los burgueses, significan encadenarnos como esclavos. En la UIA los aplauden mientras en las mesas hacen comentarios tales como: “Las chicas de catorce años se hacen preñar para que les tiren unos mangos” (Enrique Pescarmona). Y lo dicen con jactancia, como tantas otras barbaridades, porque saben que sus palabras no traerán consecuencias. Pero no recuerdan que el pueblo no olvida fácilmente estos insultos y a su debido tiempo se los hará presentes y presente enfurecido.

La avalancha de noticias, todas pésimas para nuestra clase, es tan enorme que nos obliga a apretar la síntesis omitiendo decenas de situaciones que se suceden vertiginosamente acorralándonos cada vez más. Pasamos de un insulto -a nuestra inteligencia- del gobierno a otro, del gatillo fácil de un prefecto asesinando a un humilde repartidor de helados, a torturas en las cárceles; de violaciones sistemáticas de los derechos humanos desoyendo a organismos internacionales, como la condena a Milagro Sala por un escrache al gobernador y un acampe, a la criminalización de la protesta como la de Córdoba que dejó siete detenidos y decenas de heridos durante un acto del Gobernador Schiaretti, el mismo que derramaba lágrimas de cocodrilo en la lectura del fallo contra los represores de lesa humanidad del campo de exterminio La Perla; de las amenazas a periodistas, a la censura y control de las redes sociales dispuestos por la Ministra Bullrich; de las miles de suspensiones y los miles de despidos, al quite de la devolución del IVA sobre las compras realizadas con tarjeta de débito, siendo que esas tarjetas, en su mayoría, pertenecen al sector asalariado en blanco; del recorte de los cupos a los becarios del CONICET, a una ley de ART (que ya cuenta con media sanción del senado con la COMPLICIDAD DE LOS SENADORES PERONISTAS Y LA CGT) absolutamente inconstitucional que impide a los trabajadores recurrir a la justicia de manera directa y los obliga a tener la “autorización” de las “comisiones médicas” por encima de SU PROPIA JUSTICIA BURGUESA; de la renuncia de un ministro que pagaba los aumentos de luz con “dos pizzas”, al nombramiento de un ñoqui del partido radical en el senado que promueve un millón de despidos de trabajadores del estado; del irrespetuoso, chabacano y ordinario “no chupen mucho” como frase de despedida del año, al despido de miles de trabajadores del Ministerio de Educación. Todo en cuestión de minutos… “Cambiemos” es un alud de malas noticias para los trabajadores y los pobres y, a esta altura, hasta para la gran masa de sus votantes provenientes de distintos sectores sociales, como la pequeña burguesía. El país se paraliza y tambalea como un gigante herido.

Los que se presentaban como paladines de las instituciones democráticas gobiernan sistemáticamente por decreto y si la suerte les es adversa en el parlamento no tienen problemas en anunciar su veto, como es el caso de la modificación del impuesto a las ganancias, sobre el que la teórica de “la lucecita en el túnel”, Michetti, no tiene pudor en sostener que “Si la ley sale la tendremos que vetar” o los vetos de fin de año a las leyes que protegen a las embarazadas, la expropiación del Bauen y el salario mínimo para profesionales. La sacrosanta institucionalidad burguesa es dinamitada por sus propios dueños.

Los despidos se multiplican en todos los rubros y sólo basta ver los índices del propio gobierno y los sindicatos para notar que el daño a nuestra clase es enorme: amenazas de 1.700 despidos en el gremio de petroleros, despidos masivos en el sector textil, monumental caída del empleo en la construcción y una noticia del sector industrial desesperante: un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advierte que en lo que va del año se registraron más de 232 mil despidos y suspensiones en los sectores público y privado. Seiscientos cincuenta despidos y suspensiones por día en la gestión de “Cambiemos”... Además, en el bimestre octubre/noviembre, la industria provocó el 84% de los despidos y suspensiones...

Como si fuera poco, las mineras no sólo gozan de buena salud, sino que cuentan con el aparato represivo del estado como en Jáchal, donde la policía reprimió salvajemente a los manifestantes que se oponen a su actividad y llevaron presos iniciándoles causas judiciales a decenas de personas; Monsanto también goza de buena salud envenenándonos a todos con su glifosato, prohibido en gran parte del mundo, pero aceptado por el anterior gobierno y continuado por el actual; las aguas servidas pululan en los barrios pobres, mientras el Ministro Bergman nos propone como alternativa rezar para que no haya incendios y al respecto del agua ni siquiera nos propone un acto de fe; la industria alimenticia y farmacéutica nos envenenan con alimentos y medicamentos también prohibidos en gran parte del mundo con el aval del CEOgobierno de los ricos y las multinacionales.

La “lluvia de inversiones”, otro de los grandes globos mentirosos de “Cambiemos”, no llegó ni llegará. Lo que si llegó es el endeudamiento discrecional en dólares nada más que para poder pagar sueldos y jornales en casi todas las provincias, una hipoteca que pretenderán que paguemos nosotros, nuestros hijos y nietos, mientras avanza bastante bien la escandalosa ampliación del blanqueo de capitales para funcionarios y sus familiares, una ley hecha para los ladrones que saquearon históricamente a nuestro país.

El problema de este gobierno no es la ineptitud. Más aún, son muy aptos y certeros en llevar a cabo las políticas de rapiña que convinieron con sus amos: el capital financiero, las grandes empresas transnacionales, las extractivistas y las conservadoras de los terratenientes. La consumación de este acto de rapiña económico-social requiere de dos instrumentos aceitados: por un lado, la represión de eventuales conflictos y saqueos generalizados utilizando las tropas federales, como vemos que está ocurriendo, respaldadas por legislación represiva y, por el otro, la cooptación de dirigentes de movimientos sociales para esterilizar sus protestas y obtener esa necesaria “paz social”. Los escandalosos pactos con dirigentes piqueteros y sociales, que hasta hace poco eran leales a las dádivas del FpV nos demuestran la funcionalidad de estas dirigencias en frenar cualquier proceso de lucha revolucionaria. Luego de una lamentable marcha pergeñada por la CGT y sus nuevos socios lúmpenes, “Cambiemos” firmó la “tregua”. Los dirigentes salieron de la reunión notablemente “enriquecidos” por la experiencia… Pero eso sí, el Papa, desde el Vaticano, se relamió con sus adláteres enquistados en las organizaciones sociales, siempre dispuestos a paralizar las luchas, a frenar a los pobres a cambio de unas migajas y a desmovilizar a las masas dejándolas no sólo inermes ante la clase dominante y sus medidas, sino desarmadas para reaccionar.

El capitalismo mata a largo, mediano y corto plazo. Nos vemos acorralados en tantos frentes que como futuro sólo nos quedan dos opciones: elegir vida o muerte. Es muerte que endeuden el país hasta el infinito, porque planifican que esa deuda la paguemos nosotros a cambio de nuestro empobrecimiento; es muerte que perdamos nuestra fuente de trabajo porque nos quitan el sustento para mantener a nuestras familias; es muerte que nos ajusten las tarifas a extremos de que tengamos que recortar el pan de nuestra mesa para pagarlas; es muerte la transferencia de ingresos sacada de nuestros salarios para compensar el quite de retenciones a la soja y la minería; es muerte que las mineras envenenen el agua con sus residuos tóxicos; es muerte que nos receten medicamentos prohibidos en el mundo; es muerte que no tengamos agua potable; es muerte que nos vendan alimentos producidos con previa fumigación con veneno que nos causa cáncer y nos mata; es muerte que recorten presupuesto para la salud, la investigación, la educación.

Estamos en una disyuntiva crucial: elegir vida o muerte. Si seguimos planchados, desorganizados, dispersos estamos eligiendo muerte. Ya ni siquiera se trata de hacer la revolución como meta esperanzadora, sino de elegir la vida por encima de la propuesta de la muerte acechando en cada decisión política del gobierno y sus cómplices. No tenemos que engañarnos: saben lo que hacen y pretenden dividirnos, desorganizarnos y paralizarnos como lo hicieron siempre, hasta hoy.

Elegir la vida implica vencer los obstáculos que nosotros mismos sostenemos con nuestras diferencias sin poder priorizar la unidad como única herramienta posible para hacerle frente a uno de los gobiernos más saqueadores de la historia, que supera inclusive a los que lo antecedieron, sean dictaduras o democracias burguesas.

Deberemos, cuánto antes, tener claro que tenemos que elegir la vida. Y la vida, en estas condiciones, la podremos defender organizándonos no sólo para resistir, sino para vencer. Dejemos de soñar con ilusiones mágicas de helicópteros, dejemos de soñar con “regresos” parciales y sectarios, dejemos de soñar con nuestra limitada quintita mezquina y funcional. “Cambiemos” no es el gobierno de los tontos como muchos descalifican o ningunean. “Cambiemos” es el gobierno de los vivos, de los chupasangre, de los vampiros del capitalismo, de los caníbales de trabajadores y pobres.

Las tareas actuales son las de siempre: organizarnos y luchar con unidad. Tenemos que evitar el derrotismo y la propaganda desmoralizadora. Son cientos los ejemplos de luchas victoriosas de nuestro pueblo que supieron combinar la constancia, el valor y la persistencia hasta triunfar.

No existe el túnel mentiroso de Michetti. ¡La única luz poderosa que ilumina el túnel de la historia es la de los trabajadores marchando codo con codo!

Compañeros de Monte Chingolo ¡Presentes!

Rindámosles honor a nuestros miles de caídos de la única manera en que su memoria se mantenga viva en hechos: compañeros del campo popular ¡A luchar!

AVOMPLA.