Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Tamaño de texto + / -9 de Febrero - 2014

 

NACIONAL

GUARDEN, ARCHIVEN, APUNTEN ¡FUEGO!

El incendio de  los depósitos de la Compañía Iron Mountain en Barracas, que terminó con la vida de seis bomberos de la Policía Federal, un bombero voluntario y dos agentes de la Guardia de Auxilio de la Ciudad, encierra en sí mismo numerosas sospechas que comienzan a propagarse por los propios medios burgueses. Este hecho evidencia la lógica asesina del capitalismo: no es “accidental” que esta empresa cuente con cinco incendios recientes en su historial. Mucho menos aún si tenemos en cuenta lo sensible y estratégico de su servicio para los grandes capitales y los Estados pertenecientes a su cartera de clientes. Su prestación no sólo se limita al almacenamiento de datos, sino también a su destrucción. Pero para saber las dimensiones inadvertidas de este hecho es imprescindible conocer qué es Iron Mountain, cuáles son sus conexiones y cuál es su tarea.

¿Qué es IRON MOUNTAIN?

La empresa pareciera ser una de las tantas pantallas de la CIA (1 y 2); su función es el control de la información de empresas y Estados.

Iron Mountain fue creada en 1936 por Herman K. Knaust quien al finalizar la Segunda Guerra Mundial “patrocinó la reubicación de muchos inmigrantes judíos en Estados Unidos, que habían perdido su identidad debido a la completa destrucción de sus documentos personales” (3). Con el tiempo y las sociedades con empresas como EXXON creció en propiedades y se posicionó en la fabricación de refugios antiaéreos para almacenamiento y protección de datos con depósitos que podían resistir (4), según sus propias palabras, “una guerra atómica”. El más conocido es el de la mina de tres niveles en Germantown (EEUU) (5). Las alianzas con el lobby sionista en Nueva York y con el Departamento de Estado se afianzaron con la asociación -como accionista mayoritaria- con la empresa Davis Selected Advisers, que en 2011 representaba un 21 % de su paquete accionario. Esta última firma era conocida por sus relaciones con la administración republicana del tres veces gobernador de Nueva York: Thomas E. Dewey (6), quien durante sus doce años como gobernador ejecutó a más de 90 personas en la silla eléctrica y luego fue asesor de Richard Nixon.

Para 2012, la empresa tenía 1026 plantas y 17.000 empleados en todo el mundo, con ingresos de tres mil millones de dólares (7). Desde 1997 tiene, entre otros negocios en su poder, el manejo del mayor registro mundial de la propiedad intelectual y, a su vez, amplió sus horizontes con la adquisición de la compañía Record Masters (HIMSCorp.) ingresando al mercado de servicios de Administración de Registros de la Salud y accediendo, por ende, al registro de la industria farmacéutica.

Esta empresa tiene 5 misteriosos incendios en su historial: Nueva Jersey (Estado Unidos) en 1997 (8); Londres (Inglaterra) en 2006 (9); Ottawa (Canadá) en el mismo año (10) y Aprilia (Italia) en noviembre de 2011 (11). En el incendio de Nueva Jersey los propios bomberos lo declararon como provocado (12) en una nota publicada por el New York Times.

En la ciudad de Autónoma de Buenos Aires posee cuatro depósitos ubicados en Parque Patricios, Villa Lugano y Barracas. Pese a sus antecedentes, el jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri, premió a la firma en 2009 por ser una de las tres primeras empresas en incorporarse al Registro de Empresas TIC (empresas pertenecientes al sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación) de la Ciudad de Buenos Aires.

El “accidente” y sus conexiones locales

En lo local, el incendio de Barracas prueba la lógica asesina del andamiaje estatal burgués que no sólo habilita y premia, sino que contrata servicios de empresas como ésta, vinculadas con intereses foráneos y capaces de hacer “desaparecer” información a pedido de sus clientes.

Según informamos y denunciamos días antes del siniestro, Iron Mountain fue recientemente contratada de manera poco clara, sin licitación y en “secreto” por el gobierno porteño, en el vano intento de que la empresa le maquillara el desaguisado pergeñado por el Gobierno de la Ciudad con las inscripciones escolares que dejaron a 9.000 niños sin vacantes en las escuelas públicas. Sin embargo, la prensa burguesa no publicó ni una sola línea al respecto ni siquiera como trascendido.

Macri ya venía haciendo negocios con la firma desde el año 2009, cuando la Secretaría Legal y Técnica le entregó la digitalización de 11,8 millones de archivos y microfichas a Iron Mountain por 861 mil pesos, una cifra que, a precios actualizados de hoy, terminó en 990.610 pesos (13). Pero las relaciones del Gobierno de la Ciudad con la empresa datan desde su radicación en el Distrito Tecnológico Barracas, que la benefició con 10 años de gracia durante los cuales Iron Mountain no pagará Ingresos Brutos, Alumbrado Barrido y Limpieza, Impuesto a los Sellos y Tasas por Derechos de Construcción, además de ser favorecida con líneas de crédito especiales del Banco Ciudad. Según los informes de los inspectores de la Agencia Gubernamental de Control Comunal, que asistieron en tres ocasiones al edificio, “era un lugar tan impecable, que no mostraba ningún problema de incendios.”, pese a que dicha planta, de acuerdo con lo expresado por un ex trabajador ante los medios de televisión (14), ya había sufrido tres incendios durante el 2005 y el 2009, quien también denunció que existen dos plantas en Avellaneda en precarias condiciones de seguridad. La empresa, además, venía haciendo un sospechoso recorte en la guardia de bomberos: había suprimido la guardia diurna definitivamente, dejando sólo la nocturna (15). El incendio de Barracas, nada casualmente, comenzó de día, alrededor de las 8 de la mañana.

No es explicable que una tan “afamada” empresa multinacional cuyo fin comercial, aparentemente, sea la preservación de archivos, haya tenido ya cinco “siniestros”, una paradoja incomprensible e inexplicable, salvo que entre sus servicios esté la conveniente desaparición de documentación comprometedora de acuerdo con las necesidades de sus clientes privados y/o estatales.

Se desconoce el total de las empresas e instituciones oficiales que confían su información a Iron Mountain en nuestro país. Se ignora el contenido de la documentación que se encontraba en sus depósitos, aunque hay quienes sostienen que podrían tener vinculación con archivos de la última dictadura militar. Apenas si se filtraron algunas firmas que serían clientes, como el banco HSBC, la aseguradora La Caja, Molinos Río de la Plata, Boldt, Telefónica y El Cronista Comercial, entre otros (16). Según otras fuentes periodísticas, el propio Ministerio de Desarrollo Social habría tenido documentos en el edifico destruido (17).

Muchos de estos datos nos dejan pensando en lo sospechoso del nuevo “incendio” de Iron Mountain, el ÚNICO donde hubo víctimas fatales, y no nos asombraría en lo más mínimo que la acción de la justicia burguesa tendiera a tapar todo, como acostumbra, para proteger a sus “clientes” y engañarnos al resto, incluidos los familiares de los Bomberos de la Policía Federal y los Bomberos Voluntarios fallecidos.

1. http://mexico.cnn.com/
2. http://www.nytimes.com/
3. http://www.ironmountain.com.ar/
4. http://articles.courant.com/
5. http://www.computerworld.com/
6. http://es.wikipedia.org/
7. http://www.perfil.com/
8. http://www.nytimes.com/
9. http://www.infobae.com/
10. http://www.cbc.ca/
11. http://rammell-consulting.co.uk/
12. http://www.infoblancosobrenegro.com/
13. http://www.infonews.com/
14. http://www.youtube.com/
15. http://www.telam.com.ar/
16. http://www.infobae.com/
17. http://www.infoblancosobrenegro.com/