Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Tamaño de texto + /16 de Abril - 2021

INTERNACIONAL

NO HAY REMEDIO PARA LA CRISIS CAPITALISTA

Los medios de comunicación afines a la burguesía financiera imperialista norteamericana auguran un futuro en el corto plazo más que prometedor para la economía estadounidense. Mienten y tergiversan los hechos descaradamente, no hay que creerles una sola palabra. Con una recesión que sigue golpeando y causando millones y millones de despidos, comienza a preocupar la inflación (1). Como ya hemos advertido, bajo el eufemismo de “una política de flexibilización cuantitativa”, la Reserva Federal viene imprimiendo dólares a un ritmo desconocido en la historia (2). Son billetes que no tienen ningún respaldo en la producción real y cuya demanda es cada vez menor en el comercio mundial, puesto que Rusia y China (los principales exponentes del creciente orden multipolar) están alentando a descartar los papelitos verdes en sus intercambios comerciales alrededor del mundo. Hay que recordar, también, que varios analistas han calculado que la divisa norteamericana a partir del mes de mayo podrá perder alrededor del 35% de su valor. El hecho de que el dólar empieza a dejar su histórico lugar de moneda de referencia mundial va de la mano con la pérdida de hegemonía de la burguesía yanqui que va en aumento. El problema de las vacunas contra el covid-19 tiene un papel fundamental en la geopolítica y son los rusos y los chinos quienes han tomado la posta en detrimento de los poderosos laboratorios norteamericanos y europeos (3). Ya nadie puede dudar de la eficacia de la vacuna Sputnik V, por eso es que los yanquis, aparte de seguir manteniendo una campaña de desinformación contra el fármaco ruso, recurren a maniobras delictivas como la que fue descubierta en México, donde las fuerzas de seguridad de ese país encontraron un lote de dosis adulteradas (4). Los servicios de inteligencia rusos han señalado como responsables de ese crimen a los yanquis (¿Quiénes si no?) que buscan socavar la confianza de la gente puesta en la vacuna eslava.

Por otra parte, la Unión Europea ha declarado a la Sputnik V como “confiable” y son cada vez más los países del viejo continente (incluidas potencias centrales como Alemania, Francia e Italia) interesados en la obtención de la vacuna y también en producirla, lo que constituye otro paso en el acercamiento de posiciones entre los países europeos y Rusia (5 y 6). El gobierno ruso, con Putin a la cabeza y una capacidad geoestratégica cada vez más grande, por su parte, pretende seguir alejando a los países europeos de las políticas de Washington y que además dejen de seguir apoyando las sanciones yanquis. La próxima finalización del gasoducto Nordstream II -tan resistido por los yanquis pues prácticamente los deja afuera del mercado europeo para vender su gas (más costoso que el ruso, por cierto)- es otra muestra que confirma los planes rusos (7).

Frente al panorama descripto, la desesperación de la burguesía norteamericana va en aumento a la vez que su política exterior es cada vez más agresiva. La mano negra del imperialismo está detrás de la nueva avanzada sobre el Donbas del gobierno ucraniano encabezado por el títere Zalenski y de sus declaraciones de intentar retomar Crimea, para lo que ha pedido la “colaboración de los países de occidente” y nuevamente ha manifestado, además, su deseo de que Ucrania integre la OTAN (8). Rusia, que no se deja amedrentar, ha desplegado recientemente alrededor de 130.000 tropas y equipamiento militar (incluidos los famosos misiles Iskander) cerca de la frontera con Ucrania que se encuentran rodeando a las fuerzas de ese país sumadas a las tropas que ha enviado la OTAN (9); además, el gobierno ruso, a través de su portavoz Peskov, advirtió que ante cualquier provocación el ejército “responderá con un duro golpe” a las tropas ucranianas (10); el presidente Putin fue aún más lejos: sentenció que Rusia terminará con el nazismo enquistado en Ucrania. Vale aclarar que con la concreción del Nordstream II las pérdidas económicas de los yanquis serán extensivas a Ucrania y otros países socios en la región, como Polonia y Bulgaria, pues el nuevo gasoducto no pasará por dichos países (11), de allí estas acciones desesperadas y casi suicidas, porque enfrentar al país mejor pertrechado del mundo, con las mejores armas de última generación es elegir ir directamente al matadero. No sería absurdo pensar que vuelva a ocurrir algo parecido a lo que sucedió hace unos años en Georgia, donde los estadounidenses, después de fogonear el conflicto territorial con Osetia del Sur, finalmente dejaron a su “socio” solo y a su suerte frente a los rusos. Otro tanto ocurre con el conflicto de las islas Kuriles disputadas entre Rusia y Japón, aliado de EEUU y también en el mar Meridional Chino, donde los yanquis siguen provocando con buques que entran y salen de las aguas territoriales del país asiático (12 y 13).

En Medio Oriente las cosas no van mejor para el imperialismo. La decisión del gobierno iraquí, respaldada firmemente por su pueblo y las milicias populares, de expulsar toda presencia estadounidense de su territorio es una muestra más de que las aventuras militares imperialistas terminan más temprano que tarde (14). En Siria, el ejército, que cuenta con la ayuda de Rusia, sigue golpeando sin pausa a los mercenarios yihadistas (armados y pertrechados por los yanquis y sus socios sionistas y saudíes) mientras el gobierno ruso emplazó una flota de buques sobre las costas del país árabe como advertencia para las cabezas calenturientas imperialistas (15). La condena a los asentamientos sionistas en territorio palestino sumada al ataque por parte de Irán a un barco carguero israelí son hechos que describen un debilitamiento del sionismo en la región, a lo que se agregan las movilizaciones que exigen la renuncia del presidente Netnayahu (16, 17 y 18). El reciente atentado a Irán que provocó un corte en una de sus centrales nucleares, adjudicado a los sionistas, parece ser una nueva maniobra desesperada de Israel (19).

En Yemen se está por desencadenar más temprano que tarde otra nueva derrota para los norteamericanos y sus socios saudíes, próximos a izar la bandera blanca ante los demoledores ataques de las fuerzas hutíes (20). La burguesía imperialista sueña con una nueva guerra mundial para lograr un nuevo reparto del mundo y así sortear su crisis de superproducción… pero los hechos son más duros que los sueños y los deseos. Parece que se estarían dando cuenta de que no podrán sostener un conflicto de tal magnitud ante sus principales enemigos, cuyos ejércitos están mejor armados y sus economías están lejos del desastre en el que se encuentra la suya. El otrora ·gendarme mundial” tal vez en otro momento hubiese tenido la fuerza suficiente para evitar, por ejemplo, la compra por parte de India a Rusia del sistema antimisiles S-400… hoy no la tiene y esa transacción ya es prácticamente un hecho (21).

En nuestro continente también se refleja la caída del orden unipolar y el ascenso de uno multipolar. El presidente mexicano López Obrador es uno de sus emergentes: además de sus conocidas denuncias ante organismos internacionales como la ONU por el acaparamiento de vacunas por parte de las potencias occidentales (que han servido entre otras cosas para hacerse con 2.700.000 dosis de la vacuna Pfizer), AMLO ha sorprendido a propios y extraños con la nueva reforma energética que pondera los intereses nacionales y estatales de su país antes que los intereses de las grandes empresas multinacionales (22). Por otra parte, el presidente ha cedido la concesión de los trenes de la región de Yucatán a su ejército, lo que puede leerse como una maniobra destinada a mantener en el terreno de los aliados a las fuerzas armadas y que no se vuelvan en su contra como tantas otras veces hemos visto en nuestro continente con tantos otros gobiernos democrático-burgueses (23).

En Venezuela siguen los intentos de desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro por parte de los yanquis. Los recientes enfrentamientos entre militares venezolanos y paramilitares colombianos (que responden a la oligarquía de ese país asociada a los EEUU) en la frontera de Venezuela dejan traslucir que el imperialismo está lejos de frenar las agresiones al país caribeño (24); otro tanto ocurre con la ratificación de las sanciones por parte del títere Biden que prohíben a Venezuela la importación de diesel, algo que genera problemas en varios ámbitos de la producción y que revela al mismo tiempo la dependencia de la economía venezolana del exterior con un producto tan estratégico que bien se podría estar produciendo en el país (25). Por otra parte, las declaraciones del presidente uruguayo Lacalle Pou en las que calificó al Mercosur como un ‘lastre’ parecen ser una nueva maniobra orientada a enemistar y dividir a los gobiernos, a la vez que buscan eliminar las restricciones impositivas para beneficiar tratados de libre comercio con los yanquis (26). Ecuador y Perú coincidieron el domingo pasado en sus elecciones presidenciales. En Ecuador ganó el candidato Lasso, un banquero que, lógicamente, representará los intereses de su clase, la burguesía financiera asociada a los EEUU (27). En Perú habrá ballotage entre Pedro Castillo, un docente que se reivindica de izquierda y Keiko Fujimori (28). Habrá que ver si el primer candidato, resistido por los medios de comunicación burgueses, no es perjudicado por algún tipo de fraude…

Este sistema no puede dar respuestas a las necesidades básicas de la humanidad. Lo único que tiene para ofrecernos es más miseria y más muertes: además de las catástrofes humanitarias que implican todas las guerras promovidas por el imperialismo, se suma la situación de millones de migrantes para los cuales las burguesías y sus gobiernos no tienen ninguna política de contención, como puede observarse en EEUU y Francia. Otra situación lamentable la componen el chovinismo y el racismo, como se observa en los distintos ataques dentro de los EEUU a personas de origen asiático (29). La clase dominante pretende responsabilizar a distintos sectores de la crisis de SU sistema para lograr su continuidad. Los trabajadores debemos ser conscientes de que nuestros enemigos son quienes nos explotan, a la vez que nos empujan a la miseria y a la muerte. No debemos dejar que nos engañen. Nuestra tarea es seguir trabajando por la unidad de nuestra clase y el campo popular centrándonos en nuestras coincidencias y no en las diferencias. Solo así podremos enfrentar los atropellos de la burguesía y lograr la fuerza necesaria para derrocar este sistema sangriento.

TRABAJADORES DEL MUNDO, UNÍOS

NACIONAL

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

Las últimas decisiones en política exterior tomadas por el gobierno nacional deben ser analizadas y encuadradas en el marco de los reacomodamientos de alianzas en la política mundial y la pérdida de la hegemonía norteamericana en el mundo. Como señalábamos en nuestro periódico El Combatiente, Nº85, la política exterior de Alberto Fernández estaba apuntada, siempre y cuando estuvieran dadas las condiciones, a ir construyendo relaciones políticas y alianzas económicas con una perspectiva multipolar (Grupo de Puebla). El presidente buscaba fortalecer bloques regionales de poder con otros países de Latinoamérica y de a poco romper con la visión hegemónica norteamericana en la región (1). Por otra parte, en la medida de lo posible, ir deshaciendo los tratados a los que nos ató la gestión pro imperialista de Mauricio Macri. En ese aspecto, la visión de la política exterior del Frente de Todos es más cercana al multilateralismo propuesto por Rusia y China que a la política del “garrote y la zanahoria” de la Casa Blanca. En el contexto de enorme debilidad y derrota del gendarme mundial, con un presidente senil, se puede comprender la decisión de Argentina de retirarse del lastre del “Grupo de Lima” (2). Aprovechando la coyuntura favorable y para beneplácito de la base peronista, Alberto Fernández se despegó de la política injerencista e imperialista de Biden y los aliados regionales como Brasil, Chile y Colombia y envió un guiño tácito a Venezuela. El papelón del ministro sojero de Relaciones Exteriores, Felipe Sola, que cual cipayo lamebotas salió desesperado a explicarle al Departamento de Estado yanqui la salida del grupo mostró las diferencias existentes en el seno del Gobierno en torno al viraje dado por la Casa Rosada (3). Por otro lado, el reciente voto negativo de Argentina a Israel en el consejo de DDHH de la Onu puede enmarcarse como un alejamiento diplomático a los aliados incondicionales del imperio norteamericano (4).

El cambio sustancial de Argentina en las relaciones internacionales y su política de impulsar bloques de comercio común trae roces y consecuencias con los socios del Mercosur. Tanto Bolsonaro (Brasil), como Lacalle Pou( Uruguay) son propensos a los tratados de libre comercio unilaterales al estilo norteamericano por lo cual manifestaron sus divergencias con Alberto Fernández acusando a la Argentina de ser un lastre para sus países. Los enfrentamientos interburgueses entre los miembros del Mercosur también señalan diferencias de alineamientos geopolíticos aunque, por el momento, la disputa no pasó de roces verbales (5 y 6).

Tomando en cuenta la debilidad política de EEUU, muy inteligentemente, Cristina Fernández afirmó que Argentina “no está en condiciones de pagar la deuda”, contradiciendo al presidente Alberto Fernández quien había manifestado al jefe del Banco Mundial que iba a “honrar sus deudas” (7 y 8). Hebe de Bonafini –siempre oficiando de “vocera” de Cristina para lo que guste mandar- criticó tanto a Alberto Fernández como al ministro de economía Martin Guzmán, quien se había reunido en Washington con el Director General del Banco Mundial para refinanciar la deuda de 45.000 millones de dólares (9 y 10). Luego de las declaraciones de la Vicepresidente, que astutamente se volvió a reposicionar frente a sus seguidores, el presidente no tuvo otra opción que retroceder y aceptar que “tiene razón Cristina, no hay ninguna posibilidad de pagarle al FMI en 2022”. Quedó más claro que nunca el papel preponderante de Cristina, desnudando otra vez las internas en el seno del gobierno. La vicepresidenta le marcó la cancha al gobierno nacional con respecto a las negociaciones con el FMI en tiempos electorales. Estas declaraciones pretendidamente “progresistas” NO deben confundirnos a los trabajadores. Debemos recordar que todos los gobiernos democráticos desde el año 1983 en adelante, PAGARON los intereses de la deuda, “HONRÁNDOLA”, incluido el del peronista Néstor Kirchner. Los trabajadores debemos ser conscientes de que todos los gobiernos de la burguesía “acordaron” con el FMI políticas de ajuste y empobrecimiento que descargaron sobre nuestro pueblo.

También debemos recordar que la deuda externa argentina fue declarada ilegal y fraudulenta en el año 2000, según lo dictaminado por el Juez Jorge Ballestero tras la investigación y denuncia de Alejandro Olmos Gaona. La deuda fue estatizada por Domingo Cavallo beneficiando, así, a la Familia Macri que, al inicio de la dictadura, poseía sólo cinco empresas y en su tramo final había llegado a tener un total de cuarenta. La tan defendida “burguesía nacional”, con los favores de Cavallo, hizo que todo nuestro pueblo pagara sus deudas privadas ejecutando uno de los mayores robos a los trabajadores avalado tanto por radicales, como por peronistas (11 y 12).

Sostenemos que dada la actual situación política a nivel mundial, con el principal inversor del FMI (EEUU) en franco descenso, nuestro país está en inmejorables condiciones para NO PAGAR la deuda fraudulenta.

En la coyuntura actual de la pandemia por Covid-19, la clase dominante y su gobierno nos muestran las “dos caras de la moneda” en cada una de las medidas que proponen. Con más de 6 mil casos diarios durante los primeros fríos de otoño, la peligrosa segunda ola de coronavirus (13) obligó al gobierno del Frente de Todos y su lógica del “vamos viendo” a establecer restricciones, prohibiciones (14) y otros planes de contingencia sanitaria (15) para evitar la expansión descontrolada de la pandemia y el ingreso de variantes más virulentas (16). Sin embargo, al compás de los intereses materiales de empresarios y de la presión de Cambiemos, Alberto Fernández adoptó tibias medidas que no sólo no resolvieron nada ante la suba de casos que superaron los 30.000 diarios, sino que facilitaron el colapso de sanatorios y hospitales públicos, especialmente en el conurbano bonaerense y la Capital Federal. Mientras, sus bases, el gobernador de Buenos Aires y los docentes presionaban para detener la presencialidad, madre del aumento de contagios. Finalmente y ante tanta presión, el aumento de casos y de muertos, el presidente decidió ajustar aún más las restricciones ante un panorama preocupante y desolador. El miércoles firmó un DNU particularmente dirigido a las zonas del AMBA (Capital y Gran Buenos Aires) dejando librado a cada gobernador provincial la decisión de sumarse o no a las medidas (17). Restringió las reuniones, puso un toque de queda prohibiendo las salidas a partir de ls 20 horas y suspendió la presencialidad durante quince días, sin consultar ni a su ministro de educación ni a Larreta que salió a patalear y pidió una reunión porque está en contra del Decreto y la decisión del presidente. Todos los funcionarios de Cambiemos han transformado el manejo de la pandemia en un caballito de batalla vergonzoso: primero se opusieron a las vacunas, especialmente la rusa; después, cuando el operativo de vacunación ya era un hecho, salieron a denunciar que les daban pocas vacunas y pasaron de antivacunas frenéticos a provacunas demandantes; antes, boicotearon el plan dándoles vacunas a las obras sociales y, por último, hicieron de la presencialidad su caballito de batalla (18 y 19).

Debido a la emergencia sanitaria acuciante que vive nuestro país, sostenemos que el gobierno debe abandonar la tibieza que lo caracteriza y emprender una enérgica campaña de prevención efectiva no sólo impidiendo cualquier tipo de actividad que genere la circulación masiva de la población, sino haciendo uso de sus poderes para obtener las vacunas necesarias como, por ejemplo, confiscándole la producción nacional de millones de dosis de la vacuna Oxford al “amigo” empresario Hugo Sigman que las fabrica en el país y las exporta a EEUU (20 y 21). Es criminal que teniendo la posibilidad de salvar a millones de argentinos, el presidente Alberto Fernández (22), quien paradójicamente contrajo el virus y su ministra de Salud, Carla Vizotti, hagan la vista gorda y protejan las ganancias de la corporación Sigman en detrimento de la vida de nuestros familiares y de los trabajadores de la salud (23 y 24).

Con este grave panorama, fue una burla a los trabajadores que los gobiernos tanto nacional como provinciales hayan mantenido las clases presenciales, gran foco de transmisión comunitaria luego del evitable fallecimiento del docente Jorge Langone por Covid-10 (25). Un dato no menor es que a partir del regreso de los alumnos a las aulas se movilizaron diariamente entre 12 y 15 millones de personas entre docentes, niños y padres que no sólo se vincularon en las escuelas, sino a la salida de ellas y en el uso del transporte público atiborrando trenes, subtes y colectivos. Repudiamos el accionar miserable del Ministro de Educación que hizo caso omiso al reclamo docente de suspender las clases presenciales (26) y quien, hasta cuatro horas antes del discurso del presidente anunciando la suspensión de clases presenciales, se mantuvo en su tozudez consonante con la de Larreta. El estado burgués es el responsable directo de los miles de contagios que sufre la comunidad educativa y nuestro pueblo. Por su lado, toda esta situación se vio favorecida con la complicidad silenciosa de las conducciones gremiales como CTERA y SUTEBA (27) que luego de más de veinte trabajadores de la salud fallecidos por covid decidieron paros y protestas, más que nada, presionados por sus propios afiliados (28).

En el marco de las elecciones legislativas del 24 de octubre, el oficialismo consiguió la media sanción en la cámara de diputados para el proyecto sobre el impuesto a las ganancias, elevando el piso a $150.000. La nueva ley alcanzaría a 1.200.000 personas, fue una medida prometida por la gestión de Mauricio Macri y llevada adelante por el Ucedeista Massa (29). Con esta ley el gobierno busca apoyo de una gran parte de los trabajadores de cara a octubre, mientras que, por otra parte, mantiene los salarios estatales en la miseria y aplica tarifazos en el transporte público, los servicios de luz y gas (30). Son las dos caras de la moneda de un gobierno vestido con ropaje nacional y popular pero cuyas decisiones siempre apuntan a favorecer a la clase dominante y cargarles a los más desposeídos el costo de la crisis.

Sin embargo, los trabajadores nos damos cuenta de las tretas y artimañas que usa nuestro enemigo para engañarnos, dividirnos y expoliarnos. Por eso empezamos a organizarnos y a buscar salidas en la unidad colectiva por fuera de las direcciones burocráticas y traidoras para recuperar lo que nos vienen quitando desde que comenzó la pandemia. El ejemplo del triunfo de los obreros de Danica (31 y 32), organizados desde la base es un indicio de que hay en ciernes un nuevo movimiento y desarrollo de la consciencia del proletariado. La organización de base, su carácter antiburocrático y su espíritu de lucha es lo que caracteriza también a los obreros de las bodegas en huelga y a los trabajadores de la Salud de Neuquén cortando rutas. Ese movimiento en el seno de nuestra clase es uno de los mayores temores que acucian a la clase dominante y su gobierno (33 y 34).

Que el índice de inflación de marzo haya trepado al 4,87% y que en lo que va del año se haya acumulado un 13% (35) augura nuevamente quiénes somos los que, efectivamente con nuestras postergaciones y sacrificios estamos pagando el costo de la crisis. Donde el gobierno NO tiene contradicciones es a la hora de saquear cada vez más a la clase obrera y al resto de los trabajadores y jubilados. La inflación sumada al pago de la deuda traen consecuencias porque implica el desfinanciamiento de la salud y la educación públicas, el desaceleramiento de las obras indispensables en los barrios populares (cloacas, agua potable, etc.), la dilación de la ejecución de planes de vivienda integrales y accesibles, etc. Esta política económica impuesta a sangre y fuego por la última Dictadura Cívico-Militar-Eclesiástica, con Martínez de Hoz como Ministro de Economía, es la misma que sufrimos hoy, llevada adelante por TODOS los gobiernos “democráticos” de distinta identidad política, absolutamente TODOS SIN EXCEPCIÓN. Está en nosotros abrir los ojos, organizarnos y de una vez por todas imponer nuestra voz para defender nuestros derechos. No serán los gobiernos burgueses los que piensen en nuestros intereses, sólo nosotros podremos hacerlo.