Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Imprime esta página - Tamaño de texto + / - Editorial - Agosto 2023

EDITORIAL EL COMBATIENTE Nº 87

“La aceptación silenciosa de las cosas tal como son, la desesperanza, el paciente padecimiento de un destino general y todopoderoso se ha convertido en esperanza, en expectación, en la voluntad de algo diferente. La visión de una época mejor y más justa ha penetrado vivamente en el espíritu de las personas y un deseo, un ansia de una condición más pura, más libre, ha conmovido a cada corazón y lo ha enajenado del estado de cosas existente (...) Llámese a esto, si se quiere, un paroxismo de fiebre, pero culminará en la muerte o en la eliminación de la causa de la enfermedad."

G. W. F. Hegel, Constitución de Alemania, 1802.

El sistema capitalista atraviesa profundas transformaciones económicas y políticas para sortear su crisis de superproducción. El reacomodamiento de las alianzas entre naciones, que compiten entre sí por un nuevo reparto de los mercados y los recursos, es el factor dinámico que acelera la lucha interburguesa. La disputa entre el imperialismo norteamericano y sus socios occidentales frente al emergente orden multipolar de Rusia y China se acentúa día a día. Lentamente, los viejos imperios se desmoronan como un castillo de naipes ante el avance de nuevas potencias que pretenden arrebatarles la hegemonía mundial. El crecimiento del yuan como moneda de intercambio comercial en detrimento del dólar es la señal de la caída de unos y el ascenso de otros. Ante la velocidad del desarrollo de los acontecimientos, la incertidumbre de lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer es lo único seguro.

Tales cambios geopolíticos también impactan en Argentina que está sumergida dentro del reacomodamiento de poder de las fuerzas capitalistas. La opción entre mantenerse atada al garrote de EEUU o volcarse a los yuanes chinos acelera las diferencias internas entre distintos sectores de la burguesía nativa. En gran medida, el gobierno depende de las alianzas y apoyos que pueda conseguir del exterior para no naufragar en las turbulentas aguas del colapso social. Ése es el rol que el candidato presidencial Sergio Massa cumple para el sector más concentrado de la clase dominante: el capital financiero.

Por un lado, el ministro de Economía se aferra a los brazos de la burguesía imperialista pagándole puntualmente a su organismo de rapiña: el FMI. Aunque canceló una parte con yuanes y giros de Qatar, dada la escasez estructural de divisas del Banco Central, algo que no gustó a la embajada norteamericana, el liberal Massa mantiene su palabra de ajuste contra el pueblo trabajador a cambio de que el Fondo no le corte el crédito antes de las elecciones generales.

En la inestabilidad actual del gobierno, el Fondo utiliza políticamente el crédito presionando para que abandone el coqueteo con los BRICS, corte el acercamiento comercial con China y priorice a empresas norteamericanas. Mientras, la administración de Biden se hace los rulos con la vuelta al poder de Cambiemos. Por otro lado, el “riesgo” de default y la corrida cambiaria son condicionantes que “empujan” al gobierno nacional a la devaluación del peso, tal como pretenden el FMI y el poder financiero.

Sin embargo, el panorama cambió abruptamente para el gobierno nacional luego del desastroso resultado electoral de las P.A.S.O. La derrota táctica del candidato oficialista sumado al triunfo del voto castigo concentrado en Milei cambio abruptamente los planes del gobierno enfocado en devaluar cuando pasaran las elecciones generales. Sergio Massa utilizó el cataclismo político que generó la victoria de Milei como “excusa” para devaluar y cambiar la cotización oficial del dólar a pedido del FMI y los especuladores locales, dando un mazazo a los bolsillos del pueblo. Una vez más quedó claro que el gobierno nacional protege los intereses de los grupos de poder condenando a los sectores populares a más pobreza.

Ante la compleja coyuntura económica, el Frente de Todos acelera la posibilidad de ingresar como socio de los BRICS accediendo a préstamos que salven las arcas del Banco Central, una probabilidad que molesta a la burguesía imperialista. La cumbre central del grupo, que se posiciona como la nueva fuerza directriz del capitalismo y de contrapeso global al Tio Sam, genera muchas expectativas en los países que quieren sacarse el lastre del yugo yanqui. Potencialmente, las puertas a nuestro país están abiertas en un contexto señalado por la agudización del enfrentamiento entre EEUU y China. Habrá que esperar para ver…

Argentina es el terreno donde se está dirimiendo el reparto de los recursos y la influencia entre EEUU y China. La guerra por el acceso al litio que hoy tiene su epicentro en la reforma anticonstitucional de Morales en Jujuy, desnuda el plan de la clase dominante para apropiarse de los territorios que pertenecen a las comunidades. Tanto el oficialismo como la oposición son aliados que actúan en conjunto para repartir el tesoro de las reservas naturales. Juntos por el Cambio es el ejecutor directo de una política que busca quebrar la resistencia social del pueblo y allanar el camino a las inversiones del capital transnacional. Por su parte, el gobierno nacional del Frente de Todos secundó abiertamente a Morales, permitiendo que el PJ local aprobara con su voto la reforma constitucional, negándose a intervenir la provincia y dilatando cualquier tipo de acción que detuviera la represión del gobernador jujeño. Como si fuera poco, mantuvo inmovilizada a sus bases alejándolas de las calles cuando el conflicto se extendía a toda la nación demostrando que este peronismo ya no representa los intereses populares como antaño.

La avanzada de Cambiemos en Jujuy, apoyada por el gobierno nacional se extiende a La Rioja, que de la mano de un gobierno peronista pretende una reforma constitucional a imagen y semejanza de la impuesta en el norte del país. El plan que comenzó como una muestra de ensayo en Jujuy amenaza con extenderse a otras provincias como Chubut y Mendoza por citar algunos casos. Todos los sectores del pueblo deberemos estar alertas y preparados ante la ofensiva contra nuestros territorios.
A pesar de la represión y la persecución política, del silenciamiento mediático impuesto por el enemigo de clase, del aislamiento sostenido por la burocracia sindical y el desgaste de los partidos del régimen, el pueblo no baja los brazos contra la reforma de Morales. En un contexto electoral marcado por el hartazgo, los jujeños pulverizaron a Morales reventándolo en las urnas. Un trago de su propia medicina para el profeta que se quedó sin tierra.

Más allá del resultado final del conflicto social en Jujuy, la acumulación de experiencia tras largos meses de enfrentamiento es una fuente inagotable de enseñanzas para el conjunto del movimiento de trabajadores, desocupados y pueblos originarios. Es así como se templan las nuevas camadas de luchadores populares para los tiempos que se avecinan.
En un clima electoral enrarecido, con una mayoría de discursos fascistas, de mano dura, de fraseología anti obrera, anti piquetes, anti-desocupados, de odio hacia los que se organizan, el gobernador de CABA, Horacio Rodríguez Larreta quiso subir la vara de las encuestas-que lo daban por debajo de Bullrich- mostrando lo que era capaz de hacer si llegaba al poder. El asesinato del militante de Rebelión Popular Facundo Molares a manos de la maldita policía no fue casualidad. El crimen político hacia un activista social debe tomarse en el contexto de la persecución al conjunto de las organizaciones populares. El responsable político de la muerte de Facundo Molares es Horacio Rodríguez Larreta y sus ejecutores materiales las fuerzas policiales bajo su mando.
Tampoco fue casual la campaña de demonización contra Facundo difundida por los grandes medios de desinformación para aterrorizar a la población y justificar su asesinato. El gobierno de Cambiemos quiere eliminar la organización del pueblo a punta de represión. Como hicieron con Santiago Maldonado en 2017, Juntos por el Cambio pretendió convertir a Facundo Molares en “enemigo”, fabricando cualquier excusa para matarlo. Empleando los mismos métodos, negaron su responsabilidad política y protegieron a las fuerzas policiales otorgándoles impunidad como en épocas de dictadura.

La reciente absolución de los gendarmes acusados por la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado indica fehacientemente que el aparato represivo continúa intacto, defendido por la justicia burguesa y los partidos patronales.

Exigimos justicia por Facundo Molares y Santiago Maldonado como la exigimos por todos nuestros compañeros desaparecidos y por todos los hijos del pueblo asesinados en democracia por las fuerzas represivas. Que se investiguen profundamente los hechos hasta encontrar a los responsables materiales y políticos de la muerte de Facundo Molares y Santiago Maldonado.

A todo ritmo pasaron las primarias y muchos no entienden qué fue lo que paso o peor qué fue lo que no paso. Para los grandes derrotados, Unión por la Patria y Cambiemos fue un baldazo seco de realidad. Más de una encuestadora que aseguraba el triunfo de unos y otros dejando a Milei en un lejano tercer lugar se debe estar yendo del país, lo que confirma lo que venimos aseverando hace tiempo: no se pude confiar ni un tantito así en las consultoras…

En primer lugar, las primarias a presidente señalaron la tendencia general que se venía reflejando en las elecciones provinciales: el alto nivel de ausentismo, abstención y voto blanco o nulo que salió por delante de las tres fórmulas presidenciales rozando más del 34%, reflejó el profundo hartazgo con el gobierno nacional y con los partidos tradicionales.

Por otra parte, del 69% restante que votó, el ”triunfo” sorpresivo del fascista Milei señaló el rechazo y la desazón de millones de jóvenes trabajadores, sectores de desocupados, capas medias con el gobierno nacional. Todo aquel que quiso manifestar su enojo con el Frente de Todos lo hizo a través del voto castigo a Milei. Eso no significa que el impensable ganador de las P.A.S.O sea el candidato con más apoyo social del país. Al contrario, es apenas el primero de una minoría de votos totales. En el caso hipotético de que Milei resulte presidente ese porcentaje no garantiza en lo más mínimo la gobernabilidad del país, algo que si preocupa y mucho a la burguesía local.
Tampoco significa que todos los votantes de Milei sean fascistas fanáticos o de “derechas” ni que sean declarados seguidores de todas sus propuestas “antisistema”. Al contrario, el factor oportunista de Milei supo explotar el odio y el malestar de nuestro pueblo contra las políticas antipopulares del gobierno. En cada voto al seguidor de Menem y Cavallo resuenan los ecos del que “se vayan todos”, del desencanto con un sistema que cada día te hace más pobre, te explota, te expulsa, te oprime y te estruja sin darte una solución.

Las masas ya hicieron la experiencia del “cambio” en 2015 y salieron perdiendo. Volvieron al “amor” de Cristina y Alberto en 2019 para vivir mejor y están peor. Finalmente, el pueblo depositó muy pocas esperanzas y sí mucha rabia en un candidato “nuevo” creado por el sistema canalizando su odio a la “casta” de los políticos tradicionales. En el fondo, a la clase dominante la figurita de Milei le sirve para dirigir y contener el odio social evitando que todo se desborde como en diciembre de 2001. Sin embargo, el líder libertario no es garantía de la estabilidad que necesitan los dueños del poder para mantener el statu quo. La mecha que encendió en amplias franjas de la sociedad con su “discurso” rupturista puede convertirse en una bomba de tiempo que le estallará en la cara cuando las masas se cansen de él.

Entendemos profundamente las razones que impulsaron a miles de trabajadores, jóvenes, desocupados y pobres a elegir la “libertad” pregonada por Milei. Sin embargo, respetuosamente consideramos que la salida no es por ahí sino por otro camino. Los problemas que atravesamos diariamente no se solucionaran con fórmulas mágicas de ningún mesías libertario. Al contrario, la salida vendrá de la organización propia: de que, en cada fábrica, lugar de trabajo, universidad, villa o barrio nos unamos y luchemos por nuestros derechos y necesidades.

El fascismo de Milei, que resulta enceguecedor y atractivo para un público amplio de votantes, es una peligrosa ilusión. No nos dejemos engañar, al partido libertario lo financian amigos de Macri como Pierre Pejacsevich. Encolumnados bajo la bandera de la “libertad” están los mismos represores de trabajadores y desocupados de otros tiempos, llenos de revanchismo que odian a los pobres y a la juventud, que vienen a quitarnos derechos sociales y laborales. A no confundirse Milei es Macri.
Por otra parte, varios sectores de la población han despertado de la somnolencia política ante el “miedo” del efecto Milei. Incluso, ya comenzaron las primeras declaraciones y movilizaciones contra cualquier intento del privatizador serial libertario de avanzar contra derechos elementales como la Salud y la Educación Pública. El ejemplo de los trabajadores del Conicet señala que nuestro pueblo está dispuesto a luchar por mantener sus conquistas.
Por su lado, la elección de Cambiemos resultó un fiasco. Perdieron contra una versión más descarada y brutal de sí mismos. El programa incendiario de Bullrich apenas le alcanzó para vencer al nefasto Larreta. Sin dudas, quedaron expuestos políticamente y ahora deberán “disputar” el voto palmo a palmo con el socio “libertario”. Mal momento para Patricia Bullrich quien está en plena encrucijada entre correrse más a la “derecha” de Milei para no perder votos propios o ir al “centro” para ganarse a los seguidores de Larreta y aumentar su piso electoral. De todas formas, la mayoría de sus socios y operadores políticos no le ven muchas chances de llegar a segunda vuelta.

En otro sentido, el Frente de Todos volvió a conocer la derrota en una de las peores elecciones de su historia. Se está haciendo costumbre la curva de declinación del peronismo entre las masas que arrancó allá por 2015. Como partido del régimen, luego de un proceso de florecimiento y regeneración en 2007 de la mano del kirchnerismo, lentamente ha comenzado su agotamiento como aglutinante del reformismo entre las masas. Las razones a este fenómeno pueden sintetizarse en las contradicciones en la composición de clases al interior del movimiento peronista. Por una parte, la dirigencia burguesa del movimiento compuesta por Cristina, Alberto y Massa que no supieron resolver ninguna de las necesidades concretas y materiales de quienes los votaron en 2019. Enredados en sus fricciones internas, en sus mezquindades de aparato y preocupados por privilegiar a la clase dominante se “olvidaron” de escuchar a sus bases, que habitan los barrios, las fábricas, las universidades y las villas del país. Se quedaron “arreglando” por arriba despegándose de sus militantes que están en el barro de la realidad. Un error imperdonable fue la elección a dedo de un candidato que no tenía identidad peronista, que nunca tuvo la camiseta de Evita, que no fue nunca del agrado de sus propios militantes. La tropa kirchnerista pasó del “Cristina corazón” al infarto cuando vieron como candidato al liberal disfrazado con ropaje popular de Sergio Massa. El límite del sapo llegó hasta las P.A.SO. Ese fue el techo de votos vomitivos que logró Massa entre los peronistas; el resto se quedó en casa como muchos trabajadores o voto a Milei. La “derrota” momentánea es la suma de muchos errores. Comenzó con la marcha atrás en la intervención a Vicentin, se profundizo con el pago fraudulento al FMI, se alimentó de los ajustes y la inflación que ni Alberto ni Massa atacaron porque jamás van a tocar los intereses de los dueños del poder. En síntesis, similar a lo sucedido en 2015 con el crecimiento de la “derecha” de Cambiemos, el fascismo triunfante de Milei es producto más de desaciertos propios del gobierno que de la astucia de sus opositores. Porque si algo perdió el peronismo en esta elección fue el apoyo de los sectores populares que esta vez le dieron la espalda.

La política del Frente de Todos de no modificar la distribución de la renta y el ingreso hacia las capas populares, de mantener un patrón de acumulación basado en las exportaciones donde los beneficios se lo llevan un puñado de multinacionales, de no tomar ninguna medida en defensa del salario y los desocupados, de no defender mínimamente los recursos y la soberanía tuvieron su costo político. La base material de los trabajadores y los pobres es la que se manifestó con el voto anti-gobierno revelando que el peronismo ha perdido la penetración que supo tener en el seno del pueblo.

Por otra parte, las bases peronistas no logran salir de su desazón y resignación. No han podido articular un programa que exprese sus intereses y se oponga a su dirigencia obligándola a cambiar mínimamente de orientación. La falta de una política propia e “independiente” de clase, de los militantes obreros, estudiantiles, barriales que integran el peronismo es la debilidad fundamental del movimiento de base. La militancia peronista, que abandono la lucha en las calles por el mensaje televisado de sus líderes, hoy está abatida. Sin disposición para ejercer una dirección política por fuera del aparato que canalice el descontento de las masas, la base peronista es rehén de las decisiones de salón de sus jefes. Estas condiciones generan mayor decepción, escepticismo y abandono entre las capas populares. Para los trabajadores, que un sector de nuestra clase enrolada en el peronismo se sienta así, no nos beneficia en lo más mínimo. Al contrario, alimenta los sueños de la burguesía para lanzarse contra nosotros cuando más debilitados estamos. Por eso debemos trabajar fraternalmente con nuestros pares para que no caigan en el abatimiento, priorizando la importancia de la unidad de clase frente a nuestro enemigo común: la burguesía.

Otro factor que influyó en el triunfo de Milei fue que, salvo Buenos Aires, CABA y un puñado de provincias más, en el resto del país los candidatos a gobernador, diputados, intendentes, etc. ya estaban decididos de antemano, por lo que los dirigentes de las fuerzas provinciales de Unión por la Patria y Cambiemos no movieron el aparato para conseguir votos. Como estaban aseguradas varias candidaturas, las estructuras partidarias no pusieron mucho empeño en militar el territorio confiadas en las encuestas y a la expectativa de lo que sucedía. Otro factor secundario es que las veinticinco mil internas partidarias resquebrajaron la voluntad de muchos militantes tanto oficialistas como opositores de salir a ganarse el favor de la gente y eso se expresó en la enorme fragmentación electoral. Milei no fue a ninguna interna personal por lo que la unidad de su espacio estaba en mejores condiciones para capitalizar el apoyo de los hastiados votantes.

Sin dudas, las P.A.S.O demostraron la debilidad política de los partidos del sistema que no pueden obtener la legitimidad necesaria de las masas. Esa flaqueza es una señal de alarma para la clase dominante pues revela que ningún partido burgués está en condiciones favorables para sostener la gobernabilidad del país.

Luego de que trascurran los días y se calmen las aguas, las impresiones, los miedos, y las celebraciones podremos visualizar el escenario en que nos mete el juego electoral de la burguesía. Todos sabemos que las primarias no definen nada. Son un síntoma que expresa lo que siente nuestro pueblo.

El juego de verdad comenzará ahora. Más de un gobernador peronista, radical y del PRO va a sacar los pingos, las combis y las prebendas a la cancha en las elecciones generales porque ninguno quiere dejar en manos de un “fanático” liberal dispuesto a eliminar la coparticipación los recursos de la Nación. Tampoco los sectores productivos, industriales y financieros de la clase dominante están muy seguros de apostar a Milei porque ellos tenían a sus propios candidatos puestos para asegurar la gobernabilidad y proteger sus negocios.

Por su parte, el movimiento de trabajadores y desocupados ya comenzaron a preparar el terreno de la lucha para defenderse de los planes libertarios.
El “fenómeno” Milei espanta a muchos y aglutina a otros. Sin tener conciencia de ello, el candidato liberal y extremista es el catalizador para acelerar las contradicciones de las clases en pugna. A pesar de las expectativas de los votantes pobres, jóvenes y trabajadores depositadas en Milei, La libertad Avanza es un canto de sirena listo para estrellar al país contra las rocas. Si algo enseña la historia es que ninguna clase se suicida. Paradójicamente, las mismas masas que hoy votan a Milei buscan inconscientemente una salida a sus problemas. Si el candidato “libertario” no cumple y no satisface ninguna de las demandas del pueblo, los mismos que lo votaron lo echarán a patadas.

La voracidad de los pulpos empresarios por aumentar sus ganancias no tiene límites. A horas de las elecciones, Massa hizo lo que en campaña prometió no hacer: devaluó el peso. Ahí nomás, las grandes marcas en su fiebre especuladora empezaron a remarcar precios. En esta P.A.S.O los grandes ganadores fueron los grupos financieros, los lobbys bancarios, las agroexportadoras, las multinacionales, en fin, la clase que tiene el poder. Los perdedores fuimos los mismos de siempre: los trabajadores, nuestros jubilados, los jóvenes precarizados, los pobres y desocupados que mañana tendremos que salir a sobrevivir con precios más caros.

Para calmar el polvorín social en que puede convertirse el país, el gobierno volvió a acordar un “pacto” de precios con los grupos que controlan la economía hasta las elecciones generales. Dolido por el golpe electoral, Sergio Massa quiere apaciguar el incendio social porque aún calcula que tiene chances de llegar al ballotage con posibilidades de triunfo. Por eso fue a buscar respaldo político y económico en La Casa Blanca y el FMI, que por ahora “confía” en él y su colchón peronista antes que en el impredecible Milei.

En el contexto postelectoral de octubre sea cual sea el resultado la burguesía financiera intentará atacar los derechos laborales y sociales de los trabajadores y el pueblo con el fin de maximizar sus ganancias. No tendrá ningún tipo de límites en su deseo de desplegar su plan contra las condiciones de vida de los trabajadores y los pobres del campo y la ciudad. Sin embargo, tanto el FMI como la burguesía local saben por experiencia que necesitan un partido político que garantice la gobernabilidad para aplicar sus planes. Ninguna medida puede llevarse a cabo si los trabajadores, los desocupados y el resto del pueblo no están dispuestos a aceptarla. Menos aún si las masas deciden resistir y luchar.

Los marxistas sabemos que todo se transforma, todo cambia, que lo que hoy es mañana no lo es y que los pueblos aprenden y agotan sus experiencias. Por eso actuemos inteligentemente ante la nueva situación que se presenta. Debemos estar preparados para construir un amplio movimiento de lucha. Redoblemos nuestros esfuerzos por desarrollar la organización y la conciencia de los trabajadores y sacarlos del estado de confusión y temor al escenario que se presenta con el fantasma de los saqueos atizados por las redes sociales y grupos de chats. Aprovechando la pobreza y el hambre de las masas algunos sectores con tufillo golpista están maniobrando para generar caos y desestabilización dando paso a la “legitimidad” de la represión. Que no nos usen para su beneficio. Tenemos que explicar a todos los aliados del campo popular los planes del enemigo, sus tácticas divisionistas, su propaganda. Seamos lo más amplios para proponer puntos de unidad que nos permitan ir construyendo un frente que represente las necesidades de nuestro pueblo como supieron hacer los revolucionarios que nos precedieron. El mejor homenaje a nuestros compañeros caídos en Trelew el 22 de agosto de 1972 es continuar la senda de la lucha por la REVOLUCION OBRERA, SOCIALISTA Y LATINOAMERICANA.

GLORIA A LOS HEROES DE TRELEW

FACUNDO MOLARES Y SANTIAGO MALDONADO PRESENTES