El hartazgo es más que la suma de las huelgas

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Las protestas se han generalizado en todo el mundo. La crisis, que sigue su curso, continúa dejando a familias enteras en las calles (1) y aunque los medios de desinformación de la burguesía continúen mintiéndonos con sus cifras, la realidad de estas familias nos demuestra que dentro de este sistema no existe solución a nuestros problemas. Esta semana vimos cómo los trabajadores de Europa tomaron las calles en respuesta a la desocupación, la suba de la edad jubilatoria y las malas condiciones de seguridad y salubridad en los puestos de trabajo que la burguesía viene imponiendo hace tiempo (2, 3, 4).

La debilidad de la burguesía norteamericana y su necesidad de desatar una nueva guerra, la pone entre la espada y la pared. Mientras sigue preparando el terreno en Medio Oriente, en América Latina continúa llevando adelante viejas prácticas: golpes de estado orquestados por la CIA, como ya lo hizo en Honduras y como intentó hacerlo en Ecuador (5). Pero no le alcanzan todos sus agentes de la CIA ni los ejércitos de los países latinoamericanos cómplices para resistir a la lucha que están dando los pueblos. Por su parte, la UNASUR condena el intento de golpe en Ecuador para las cámaras (6) pero, en concreto, no rompe las relaciones diplomáticas ni los tratados económicos con el imperialismo.

Mientras la burguesía y sus cipayos sigan matando, explotando, hambreando y amenazando al mundo con guerras, en cada país habrá pueblos enteros dispuestos a dar batalla. Los movimientos contra la guerra se van gestando, los pueblos del mundo despiertan…

Con "amigos" así, no necesitamos enemigos…

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Ratificando lo que venimos observando desde hace un tiempo (más precisamente, desde la renuncia del ex canciller Taiana), la participación del grupo diplomático argentino en la última Asamblea General de la ONU fue un bochorno que demuestra el regreso a las tristes "relaciones carnales" de los '90. La delegación argentina se retiró de la Asamblea cuando el presidente de Irán tomó la palabra (1), antes de que éste mencionara lo que ya sabe cualquier principiante en política internacional: que el ataque a las torres gemelas fue una autoatentado por parte del los EEUU. Que la presidente y su delegación se levanten cuando se dice la verdad o cuando hablan los agredidos por la burguesía financiera y se queden presentes cuando expresan sus hipocresías los asesinos más grandes que ha conocido la historia, deja a las claras para dónde patea este gobierno que, a pesar de todo, sigue autodenominándose "nacional y popular".

Paralelamente a esta falta de respeto del gobierno argentino para con Irán, la presidente pidió a dicho país por los responsables de atentado a la AMIA (2). Es hipócrita la supuesta voluntad de hacer justicia para con las víctimas del caso, cuando políticas como la que ahora está llevando su gestión fueron la causa de tal atentado, que "casualmente" ocurrió luego del envío de tropas argentinas a la Guerra del Golfo durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. La presidenta nos expone a todos los argentinos a que se sucedan más casos como el de la AMIA en el futuro.

Y mientras la presidente daba vergüenza ajena con esa cara de feliz cumpleaños por estar más o menos cerquita del genocida Obama, su marido no perdió tiempo y se juntó con Bill Clinton a charlar como buenos amigos (3). Néstor Kirchner no tuvo pudor al fanfarronear con que Clinton lo había felicitado, en lugar de preguntarse qué está haciendo mal para recibir, como consecuencia, tal felicitación… Por supuesto, lo más alabado por el "demócrata" fue el "desendeudamiento", palabra que, en buen romance, significa seguir pagando la fraudulenta y usurera deuda externa.

Y ya adentrándonos en la política interna, tenemos "anibaladas" de las graciosas y de las que no nos hacen nada de gracia, que son la enorme mayoría. Dentro de estas últimas tenemos, por parte del jefe de gabinete, el aumento unilateral del presupuesto de justicia para la policía federal y la gendarmería (4). Una vez más, nuestro dinero recaudado por le fisco irá destinado a las fuerzas represivas encargadas de ahogar cualquiera de nuestros justos reclamos…

Quieren hacernos creer que las fuerzas represivas del estado no son tales, y es por esa razón que cada tanto remueven alguna cupulita de la policía por aquí, otra por allá (5), como si con esas escuetas purgas cambiara en algo una estructura que no sólo ya está putrefacta de corrupción, sino que nació y existe con la única razón de defender los intereses del poder mediante la violencia.

Pero, a pesar de todo, a la burguesía vamos arrancándole de a poco algunas conquistas, producto de la organización y constancia que algunos de nosotros hemos sabido cultivar (6).